Cuando los padres de Anna vuelven de Chile, ya no son los mismos.
Quizás algunos de los mejores momentos son los debates de Anna con su hermano Francois El domingo por la noche encontramos en la televisión po cable esta hermosa película de la directora francesa
Julie Gavras( hija del gran director Costa-Gavras), titulada
Le faute a Fidel o La culpa es de Fidel y que cuenta la historia de Anna, una pequeña de 9 años, que vive una tranquila vida en Paris con sus padres, un abogado español y una periodista francesa, en una gran casa, escuela de monjas y todas las comodidades.
La vida de Anna cambia rotundamente cuando sus padres deciden abandonar esa vida y dar un vuelco a la izquierda, transformandose el padre en un activista de la solidaridad con el proceso socialista que se vive en Chile a la cabeza de Allende y la madre se vuelve una defensora del derecho al aborto.
La película es hermosa desde varios puntos de vista: las actuaciones de los niños, las calles de Paris, la solidaridad internacional, los dialogos para el bronce, pero a mí me encantó particularmente por dos cosas.
La primera, es que muestra uno de los más hermosos efectos del proceso vivido en Chile y que fue la solidaridad internacional y cómo personas de todo el mundo se sintieron parte de este hermoso sueño de igualdad.
La segunda, es que retrata cómo una pequeña de 9 años tiene conceptos de la vida claros y de la manera en que poco a poco va, pese a los corto de su edad, tomando su propias definiciones de lo bueno y lo malo, lo que le gusta y lo que no, la trascendencia y la superficialidad.
Hermosa película para salir conversando de cómo cada uno de nosotros fue transformandose en lo que es ahora o en lo aspira ser.